Como bien dije os abro las puertas de mi vida y la continuación del bullying, en este caso sobre mi experiencia en el bullying y a que me conllevo a hacer para solucionar mis problemas emocionales, físicos y luego dar un énfasis en que conseguía haciendo todo lo que hice. Sin más dilación os doy a conocer mi infancia.
Bien siendo sinceros todo comenzó a muy temprana edad siendo alrededor de unos 8 años cuando mi cuerpo empezaría a cambiar. Comía demasiado, no hacía tanto deporte como antes (piscina, interés en actividades físicas, etc.)… Y todo ello supuso que ganara peso de forma rápida y nada fuera como antes, ya que en actividades de educación física no me tenían tan en cuenta y ya lo llevaron al otro extremo, se metían conmigo por mi sobrepeso y demás y tampoco llegaba a hacer nada para solucionarlo, me insultaban, apartaban etc... Todo ello me llevo a replantearme mi forma de expresarme, mi forma de vida y con quien debía y no juntarme, pero era muy inocente para eso.
Paso primaria volando, todo seguía igual algunos se metían con mi sobrepeso pero formaba parte de un grupo que en algún momento llegue a valorar de buena manera ya que pensaba que podría contar con ellos, salía más veces estaba todo bien supongo. Pero llego el instituto, y alguien tiene que ser la victima y otra persona la que abuse para generar un nombre alrededor de las aulas, y me toco a mi la peor parte. De nuevo se metían conmigo por mi peso pero fue peor ya que me comparaban con animales, cosas, más insultos nuevos... Yo no podría considerarme feliz pero hacía lo que podía para generar una sonrisa y no decir como me sentía por si se metían conmigo les preocupaba de más etc. Y incluso algunas bromas en el futuro ya no hacían tanta gracia, me querían hacer daño aposta y me utilizaban de objeto de burla para divertirse y entretenerse, hasta tal punto en el que me utilizaban a mi y a mi padre para ir a lugares más lejanos de fiesta hasta horas muy tardías. Y llego un punto en el que me canse, tenía demasiado sobrepeso y no conseguía nada, seguía todo igual o casi peor llegando el punto de ir corriendo para pegarme.
Un día me enteré que mi grupo de amigos quería ir al gimnasio y decidí probar. Allí me encontré con un amigo que me ayudó en el día a día a solucionar mis problemas físicos y pasando un año de gimnasio lo conseguí, decidí apartarme de mi grupo de amigos para no dañar más mi estado mental, emocional y tras un año apuntado en el gimnasio, llegue a perder bastante, siendo completamente irreconocible, pero por desgracia eso no fue todo lo que hice.
Un año antes de apuntarme, estuve bastante tiempo mirando la cantidad de grasas que podría tener un producto y si me beneficiaba o no. Obviamente no vi los efectos secundarios que eso suponía como falta de alimentos necesarios, nutrición, etc. Y como bonus añadido en mi etapa en el gimnasio sufría bulimia (al sentirme lleno o que comiendo algo que no pensaba que no debía comer, de forma inmediata lo escupía) y todo eso junto gimnasio, fue un ataque nocivo a mi cuerpo haciendo que perdiera 20 kg en un año.
En mi expectativa yo me veía bien pero claro el resto de personas a mi alrededor me aconsejaban que comiera más, que me alimentara, que hacía etc. Pero la parte positiva es que ya no se metían conmigo, no era más "el gordo de la clase" y eso al fin de cuentas es lo que me importaba, pero yo quería más. Así que continué mi etapa de bulimia aunque supiera que no estaba bien.
Alrededor de los 15 años llegaban las hormonas y con ella los granos, y siempre he sido una de las personas que tenían más granos en toda mi clase, dándome asco de ver mi cara, así que me los explotaba hasta llegar el punto de hacerme sangre, dejándome marcas en la cara y eso me volvió a influenciar en mi aspecto físico, esta vez en mi cara y en lo agradable que podría ser para el resto de mis amigos, así que me eche aceites, tomaba el sol y seguía con la bulimia.
Un día sentí la necesidad de contárselo a alguien mis problemas que venía acarreando y no paso nada, me esperaba una reacción mucho más dura pero fue una reacción gentil y amable de una de mis amigas y paso por algo parecido desde entonces no odio mi cuerpo y estoy con la autoestima más alta desde entonces, no sufro bulimia y me siento libre de decir lo que pienso con quien quiero.
En conclusión, no te guardes nada, todos hemos pasado por problemas en mayor o menor medida y cuando tienes la confianza y seguridad de contarlo por muy difícil que sea te sentirás mejor al decirlo, un peso muerto quitado de encima y tu moralidad, mentalidad y autoestima se verán influenciadas para mejor. No necesitas ir a casos tan extremos como bulimia para llegar a ser otra persona, debes estar contento y a gusto con quien eres en la actualidad y sentirte orgulloso de expresarlo delante de toda la gente, porque cada uno con su opinión pero la que importa es la tuya.
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